La ciberseguridad es compleja y avanza con rapidez, y la mayoría de organizaciones no pueden gestionarla por sí solas. En el panorama actual de amenazas en constante cambio, su seguridad debería funcionar con fluidez y permitirle centrarse en su actividad empresarial principal. Los productos de seguridad deben ser fáciles de configurar, poder funcionar de forma inmediata, contar con flujos de trabajo intuitivos y estar disponibles como servicios totalmente gestionados.

A la hora de elegir un producto de seguridad, es importante conocer su coste inicial, los gastos generales a largo plazo y los gastos operativos. Por ejemplo, los productos de seguridad que ofrece Microsoft pueden calificarse de complejos y poco intuitivos. El ajuste manual de las funciones requiere dedicar mucho tiempo y recursos para aprender a utilizarlas, configurarlas y optimizarlas. Muchas opciones de configuración de Microsoft no están activadas por defecto, lo que podría poner en peligro su empresa. Si quiere apostar únicamente por su paquete de licencia E3/E5, hágase las siguientes preguntas:

• ¿Quién lo pondrá a punto, lo operará y lo administrará en su entorno?
• ¿Cómo se protegerá contra los ataques diseñados para eludir las defensas de Windows?
• ¿Cómo buscará, investigará y remediará las amenazas ocultas que no se gestionan automáticamente?

Cada vez más, los clientes recurren a expertos en seguridad para que les ayuden a hacer frente a las ciberamenazas avanzadas. Contratar y retener a expertos en ciberseguridad se ha convertido en una tarea tremendamente competitiva y costosa. La mayoría de organizaciones han empezado a buscar de forma externa la ayuda que necesitan desesperadamente para protegerse de los ciberataques y las filtraciones de datos.